Unboxing de la Edición Coleccionista de Overwatch


Os traemos un nuevo unboxing, esta vez de la Edición Coleccionista de Overwatch en su versión inglesa, un pack que viene cargadito de cosas relacionadas con el nuevo shooter de Blizzard.

Lo primero que podemos apreciar es que la caja es extraordinariamente grande y que viene, como no podía ser de otra manera, tematizada con motivos del juego.

Abrirla es muy sencillo ya que sólo tenemos que separar las dos partes que la componen (después de quitar el "protector" exterior). Una vez abierta, podemos apreciar que el interior también está dividido, siendo la caja de la estatuilla del Soldado: 76 lo que más espacio ocupa. A su lado tenemos la caja que contiene el disco del juego y varios artículos que comentaremos a continuación.

Antes de abrir la caja del Soldado: 76 vamos a explorar los demás detalles que vienen en el pack. Tenemos, por un lado, un libro de arte con los distintos héroes del juego y sus habilidades, además de varias ilustraciones. También viene la banda sonora oficial del juego, unas postales de los distintos mapas y, cómo no, el juego en sí en una caja metálica con todos los desbloqueables de la edición Origins. Además, al ser una edición de pre-reserva, en la caja del DVD del juego nos vienen dos códigos para desbloquear el aspecto Noire de Widowmaker junto a otros códigos para Hearthstone (un sobre de cartas), Heroes of the Storm (desbloqueo de Jaina) y World of Warcraft (pase de invitado).

Pasamos al protagonista del pack y, por lo tanto, del unboxing: la figura del Soldado: 76. Observamos que viene guardada en su propia caja y que viene empaquetada de la misma forma que la estatuilla de Tracer que ya analizamos en este fansite.

La hoja de instrucciones es prácticamente innecesaria ya que el montaje no puede ser más sencillo. Nuestro soldado viene en dos partes: la peana y la estatuilla. Apreciamos enseguida que, a diferencia de la de Tracer, nuestro héroe no trae sus distintivos colores sino que han preferido dejarlo en un tono gris-azulado con toques cobrizos, como si de una antigüedad se tratase. A pesar de esto, y del contraste que genera si la ponemos junto a la británica Tracer, no deja de ser una adición fundamental a nuestras estanterías.

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