Clases de Diablo: Cruzado

Los cruzados son campeones indomables de la fe y la ley. Estas fortalezas vivientes usan corazas impenetrables y monumentales escudos para abrirse paso entre una multitud de enemigos, dejando a su paso un rastro humeante de cadáveres demoníacos.

Las batallas son implacables, pero los cruzados se lanzan a ellas sin dudarlo, sirviéndose de su magia sagrada y su fuerte armadura para conseguir la victoria. Un cruzado bien entrenado es experto en desviar totalmente los ataques, zafándose a menudo de golpes terribles que abatirían a un combatiente de menor aptitud. Si es necesario, pueden sacrificar velocidad y movilidad a cambio de pura fuerza bruta.

Sus mayales tritura-huesos y sus imponentes escudos son perfectos para el cuerpo a cuerpo, pero los cruzados no se limitan a extinguir el mal a corta distancia. Cuando uno de estos guerreros de inspiración divina se une a la batalla, un fuego abrasador y una luz cegadora lo siguen, golpeando a grupos enteros de enemigos que osan resistirse a su castigo.

HISTORIA

«La Cruzada me llama, y por ello acudo.»

Los líderes de la armoniosa religión de Zakarum lucharon tiempo atrás por aprisionar a Mefisto, Señor del Odio, bajo el templo de Travincal, e impedirle así para siempre que volviera a retorcer los corazones de la humanidad.

Fracasaron.

No era la primera vez que los Zakarum fallaban: 200 años antes, el clérigo Akkhan descubrió corrupción en el seno de su fe y envió a sus acólitos en una trascendental misión con el fin de purificarla. Los «cruzados» de Akkhan eran jóvenes reclutas, elegidos por su honor y bondad, entrenados en el manejo de armas y magia lacerante, aunque su cualidad más importante era su inquebrantable dedicación a su deber.

Actualmente, la misión de purificación de los cruzados se ha ampliado. Una mera «contención» brinda al mal muchas oportunidades de expandirse, por lo que hay cruzados errantes —a menudo parejas de maestro y aprendiz— que atacan de forma habitual a los demonios de Santuario. Algunos luchan por su sentido de la rectitud, otros con la esperanza de que sus victorias consigan algún día que los Zakarum corruptos vuelvan a ser puros. Cuando el maestro de un cruzado muere, su estudiante adopta sus armas y su identidad… y la cruzada continúa, incluso más allá de la muerte.

Podéis descubrir más información sobre los cruzados en la página oficial de Diablo.

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