Hubo un tiempo en que cada expansión de World of Warcraft venía acompañada de algo más que nuevo contenido y promesas de aventuras: tenía una portada icónica. Un rostro imponente, envuelto en runas, enmarcado por un portal circular, que nos anunciaba quién dominaría el nuevo capítulo del mundo de Azeroth. Esa estética, que comenzó con The Burning Crusade y Wrath of the Lich King, se convirtió en símbolo visual de cada era del juego… hasta que Blizzard decidió dejarla atrás.
Ya desde Battle for Azeroth, las cajas físicas dejaron de lanzarse con regularidad, y las ilustraciones oficiales de las expansiones tomaron caminos más abstractos o estilizados. Para muchos jugadores veteranos, fue una pérdida silenciosa: otra pieza de identidad visual de WoW que quedaba en el pasado.
Pero donde Blizzard soltó el hilo, la comunidad lo retomó con pasión.
Un jugador que se hace llamar Kovarsson, enamorado de ese estilo de portadas clásico, se propuso un objetivo ambicioso: reimaginar las expansiones más recientes al estilo de las antiguas cajas físicas. Lo que empezó como un homenaje se convirtió en una reconstrucción visual completa de las portadas de Battle for Azeroth, Shadowlands y una reinterpretación de Wrath of the Lich King, todas bajo el inconfundible marco rúnico que marcó los primeros años del juego.
La primera publicación de Kovarsson mostraba un montaje comparativo entre las portadas originales y sus versiones retocadas, con Sylvanas, el Rey Exánime y el Carcelero mirándonos desde esos emblemáticos círculos.
“Siempre me encantó cuando las portadas de las cajas de WoW seguían un mismo estilo, mostrando a un personaje dentro de un círculo. Así que me puse manos a la obra para recrear las de Battle for Azeroth y Shadowlands bajo ese formato. También rehíce la de Wrath of the Lich King. Espero que os gusten. Me entristece que Dragonflight y The War Within ya no sigan este estilo”.
Lo que parecía un experimento puntual acabó creciendo. Tiempo después, Kovarsson publicó una versión más completa y refinada de su trabajo, incluyendo por primera vez portadas reinterpretadas de Classic y The Burning Crusade. Pero eso no fue todo: el artista también se atrevió a redibujar las expansiones modernas Dragonflight y The War Within, dándoles el mismo tratamiento estético.
El resultado es sorprendente. Ver a Alexstrasza o a Xal’atath retratadas con el mismo estilo visual que Illidan o Arthas despierta una sensación poderosa de continuidad, como si todo el recorrido de World of Warcraft formara parte de un mismo legado visual.
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