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La franquicia Diablo acaba de perder a uno de sus rostros más visibles en los últimos años: Rob Ferguson, hasta ahora director general de toda la saga en Blizzard Entertainment. Ferguson confirmó recientemente su salida del estudio de Irvine y, tras un breve silencio, ha revelado cuál será su próximo destino: vuelve a 2K Games para liderar la franquicia BioShock, supervisando tanto el próximo videojuego como la película en producción para Netflix.
La marcha de Ferguson marca el fin de una etapa importante para Diablo. Desde su llegada a Blizzard en 2020, tras una larga trayectoria en Microsoft y The Coalition (Gears of War), Rob fue clave en la gestión de Diablo IV, en la coordinación de Diablo Immortal y en la revitalización de la saga con expansiones y temporadas en curso. En más de una ocasión, se convirtió en la cara pública de Diablo, dando entrevistas y sirviendo como enlace directo con la comunidad.
En su mensaje de despedida, Ferguson dejó claro que su vínculo con los jugadores no se rompe: pidió “mantenerse en contacto”, gesto que muchos fans interpretaron como un cierre cálido a su capítulo en Blizzard.
Ahora, el creativo ha regresado a un terreno que le resulta familiar. BioShock Infinite, lanzado hace más de 12 años, fue —según sus propias palabras— un momento decisivo en su carrera. Su nuevo rol lo coloca al frente de Cloud Chamber, estudio encargado del futuro de BioShock, en la ciudad de Novato, California, a donde se ha mudado tras abandonar Irvine.
La salida de Ferguson llega en un momento delicado para Blizzard. Diablo IV se encuentra en pleno despliegue de contenido post-lanzamiento y con la primera gran expansión en el horizonte. La ausencia de su director de franquicia abre interrogantes sobre cómo se reorganizará el liderazgo creativo y operativo dentro del equipo.
No obstante, Blizzard cuenta con una estructura sólida y veteranos experimentados en el desarrollo de Diablo, lo que debería garantizar continuidad. Aun así, la marcha de una figura tan mediática deja una sombra de incertidumbre y un sentimiento agridulce entre los jugadores.
En paralelo, el regreso de Ferguson a BioShock genera grandes expectativas. El directivo no solo se encargará de la nueva entrega de la saga, sino también de expandir la marca hacia otros medios. La película de Netflix, largamente rumoreada, parece estar más cerca de materializarse bajo su supervisión.
El propio Ferguson reconoce que su llegada coincide con una fase complicada para Cloud Chamber, en medio de una reestructuración interna, pero asegura que su objetivo es construir una entrega de BioShock de la que el equipo y los fans puedan sentirse orgullosos.