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Los veteranos de World of Warcraft saben que, cuando se trata de números de versión, Blizzard sigue un patrón casi sagrado. Desde los días de Vanilla hasta las últimas fases de Season of Discovery, los parches han avanzado con una lógica muy clara: el primer número representa la expansión, el segundo la fase o revisión, y el tercero los ajustes dentro de esa fase.
Por ejemplo, Classic Era (2019) comenzó en el parche 1.13, Season of Mastery lo hizo con 1.14, y Season of Discovery arrancó en 1.15. Actualmente, los servidores del aniversario de Classic están en la versión 1.15.8, que muchos consideran la última antes del inevitable cruce del Portal Oscuro hacia Terrallende.
Pero algo ha roto ese orden.
En las últimas horas, el usuario @algalon_ghost, conocido por rastrear los servidores internos de Blizzard, detectó una nueva build registrada como 1.60.0.63979. El hallazgo proviene del entorno interno wowdev2 (usado para pruebas de desarrollo), y supone un salto monumental respecto a cualquier numeración anterior.
Para ponerlo en perspectiva: nunca hemos visto un parche “1.60” en la historia de World of Warcraft. Y, sin embargo, el prefijo 1.x sigue indicando que el entorno pertenece a una versión Vanilla, no a The Burning Crusade ni a ninguna expansión posterior.

La teoría más extendida es la que todo fan de Classic lleva soñando años: Classic+.
Una versión alternativa de Azeroth, expandida con nuevo contenido, zonas restauradas, o líneas de historia que nunca llegaron al juego original. El salto tan grande en la numeración podría señalar precisamente eso: una nueva rama de desarrollo dentro del entorno Vanilla, lo bastante distinta para justificar un número fuera de toda escala.
Un detalle que da más credibilidad a esta posibilidad es que Season of Discovery se basa en una versión del cliente de Mists of Pandaria.
¿Por qué? Porque fue la última expansión en conservar texturas y recursos Classic. Eso permitió a Blizzard reutilizar y modernizar elementos visuales —como los iconos y arte del Enclave Escarlata— sin romper la estética del Azeroth original.
Si Blizzard ya ha estado trabajando sobre ese código base más moderno, no sería descabellado pensar que un Classic+ podría construirse sobre el mismo entorno, aprovechando herramientas actuales pero manteniendo el alma de Vanilla.