En un mundo lleno de dragones, elfos, demonios y magia ancestral, uno pensaría que lo último en fallar sería… un cambio de raza. Pero eso es exactamente lo que vivió Whitechapel_Charlie, un jugador de World of Warcraft que protagonizó uno de los bugs más extraños y simpáticos de los últimos meses.
Todo comenzó con una simple decisión: cambiar la raza de su personaje Pandaren a Tauren. Hasta ahí, todo normal. El cambio se procesó correctamente y en la pantalla de selección de personaje su brujo aparecía como un Tauren, robusto y orgulloso. Pero al ingresar al juego… ¡sorpresa! Su avatar seguía siendo un Pandaren.
Lo más curioso del caso es que, a pesar de lucir como un habitante de la Isla Errante, el personaje tenía todas las habilidades raciales de un Tauren. Desde el poderoso Pisotón de guerra, hasta la bonificación de Robustez y la pasiva de Cultivo, todo indicaba que aquel "Pandaren" ya no lo era del todo.
Lo que presenciamos fue una especie de mestizaje digital involuntario: un cuerpo de Pandaren con el alma (y las estadísticas) de un Tauren. Un híbrido visual que desconcertó tanto al jugador como a la comunidad, que intentó encontrarle explicación sin éxito.
Finalmente, tras casi una semana de dualidad racial, el misterio se resolvió de forma tan extraña como el bug mismo: bastó con cambiar la transfiguración del equipo para que el modelo se actualizara y el Pandaren desapareciera por completo. Ahora sí, un auténtico Tauren caminaba por Azeroth… con todo en su lugar.
Este tipo de errores nos recuerda que, incluso en un mundo tan pulido como el de World of Warcraft, siempre hay espacio para lo inesperado. Y tú, ¿alguna vez has vivido una transformación… a medias?
Por favor, desactiva tu adblock para ayudarnos a mantener el sitio. ¡Gracias!
Si inicias sesión con tu cuenta de Twitch y estas suscrito no verás estos anuncios.